A medida que el mercado voluntario de carbono se establece como una herramienta crucial en la lucha contra el cambio climático, se hace evidente cada vez más la necesidad de que las empresas no solo confíen en los estándares establecidos por organizaciones como Verra, Gold Standard y el American Carbon Registry (ACR), sino que también adopten medidas de diligencia adicionales. A pesar de que estas organizaciones desarrollan metodologías rigurosas que aseguran la calidad e integridad de los créditos de carbono, incluidas las verificaciones de adicionalidad, la cuantificación precisa de las emisiones reducidas y la prevención del doble conteo, el
crecimiento del mercado trae consigo un aumento en la incidencia de fraudes y venta de créditos de baja integridad.

Ante este contexto, se vuelve imperativo que las corporaciones que buscan compensar sus emisiones a través de los créditos de carbono, especialmente aquellos provenientes de proyectos forestales, desarrollen mecanismos de diligencia meticulosos y específicos. Esta actitud es vital para trascender la confianza depositada en los estándares y verificar de forma independiente la autenticidad y el impacto real de los proyectos de carbono seleccionados. Esto es particularmente importante en regiones como Brasil y otros países de América del Sur, donde complejas cuestiones fundiarias pueden afectar la integridad de los proyectos de carbono.

Así, las empresas necesitan ir más allá de las verificaciones estándar, comprometiéndose en un análisis profundo que abarca desde la transparencia operativa de los proyectos hasta la verificación independiente de sus resultados ambientales y sociales.

Esta diligencia adicional incluye visitar físicamente los proyectos, siempre que sea posible, emplear a terceros independientes para análisis detallados y exigir acceso total a informes y documentación que comprueben las afirmaciones de sostenibilidad.

Además, la diversificación de la cartera de créditos de carbono, invirtiendo en una variedad de proyectos ubicados en diferentes regiones, emerge como una estrategia para mitigar riesgos y asegurar que las inversiones en compensación de carbono alcancen los objetivos de sostenibilidad deseados. Por último, las empresas desempeñan un papel crucial en la promoción de un mercado de carbono más robusto y transparente al involucrarse activamente en la definición de estándares de contabilización y verificación aún más rigurosos y participar en iniciativas y foros que buscan elevar la integridad de los créditos de carbono. La adopción de una postura
proactiva por parte de las compañías, buscando superar las exigencias ya establecidas por los estándares, es fundamental para garantizar que el mercado voluntario de carbono mantenga su esencialidad en el enfrentamiento al cambio climático.

(Autor: Felipe Salgado, director de descarbonización de KPMG Brasil)